Consigue un desarrollo muscular equilibrado con Pilates
El equilibrio muscular está determinado por la relación entre tono o fuerza y la longitud de los músculos que rodean una articulación. Entre aquellos que estabilizan y los que son responsables del movimiento ejercitándose todos a una, en equipo, por parejas, para lograr movimientos fluidos.
En nuestra vida diaria y en la practica deportiva se suelen trabajar los mismos grupos musculares, lo que conlleva desequilibrios que nos provocan alteraciones posturales y pueden provocar lesiones.
Algunos deportes desarrollan únicamente ciertos músculos al trabajar de forma asimétrica los agonistas, de modo que fortalecen una parte de su cuerpo olvidando que los antagonistas tienen una función igual de importante, ya que estos músculos actúan facilitando, controlando y regulando la acción del músculo agonista.
De este modo, unos músculos se potencian y otros se inhiben debilitándose. La consecuencia de este desequilibrio es generalmente, que se provoque una lesión e incluso en ocasiones disfunciones articulares.
Te pongo un ejemplo, si con un vaso en la mano, hacemos el movimiento de acercarlo para beber, el músculo agonista (biceps en este caso) realiza una contracción para que podamos acercarlo a la cara. Su antagonista (el triceps) también lo hace, produce una contracción excéntrica ( estirándose ) para frenar el movimiento y que el vaso llegue lentamente hasta la boca.
El balance entre relajación y tensión de ambos músculos lleva al equilibrio para evitar riesgos de lesiones.
El método Pilates construye una base que va desde dentro hacia fuera. Esto significa que desarrolla la fuerza en el centro «la fuente de energía» para enviarla después hacia las extremidades.
Se trabaja toda la musculatura simultáneamente, pero cambiando constantemente de movimientos, por eso, al utilizar todos los músculos del cuerpo al mismo tiempo y durante toda la sesión, no hay peligro de sobrecargar un área, sino que se tonifican unos músculos (estabilizadores) a la vez que se flexibilizan otros (movilizadores) lo que ayuda a desarrollar la estabilidad y el equilibrio muscular.
El desequilibrio muscular puede surgir especialmente al practicar deportes en los que un lado del cuerpo es dominante, como ocurre en el golf o el tenis, o por sobrecargar una sola parte del cuerpo, como ocurre en el ciclismo o en la carrera, donde las extremidades inferiores se utilizan con más vigor que el tronco o las extremidades superiores.
El trabajo de Pilates recluta en cada repetición cadenas musculares que implican tanto la activación de los músculos agonistas y antagonistas como la acción de los músculos movilizadores y estabilizadores, ejercitándolos de forma simétrica.
Practicar Pilates es una garantía de un desarrollo muscular equilibrado. Gracias a que trabaja el cuerpo como un todo, te permitirá mejorar tu condición física general sin crear, o corrigiendo los desequilibrios musculares.
«Existe un estado de desequilibrio muscular cuando un músculo se debilita y su antagonista es fuerte. El más fuerte de los dos músculos tiende a acortarse y el más débil, a elongarse. La debilidad o acortamiento pueden provocar un alineamiento defectuoso. La debilidad permite la aparición de una deformidad; sin embargo, es el acortamiento el que crea la deformidad»
(Kendall, 1983)
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