El cuerpo humano es una máquina asombrosa, perfectamente diseñada para el movimiento. Para que todo funcione correctamente, poseemos, diversos sistemas y aparatos. Uno de ellos es nuestro aparato locomotor, encargado de controlar el movimiento, la flexibilidad, la fuerza, la coordinación y el equilibrio.
Formado por los huesos, las articulaciones y los músculos, ligamentos y tendones, esta potente máquina necesita un buen mantenimiento para mantenerse saludable durante toda la vida. Además de ser la estructura de sostén de nuestro cuerpo, sirve de protección y escudo a órganos como el cerebro o los pulmones. Al estar diseñado para moverse, la inactividad reduce las posibilidades que tiene de sentirse bien.
A continuación enumero algunas poderosas razones que te harán saltar del sillón y empezar a mover el esqueleto.
Todas las partes del cuerpo se sostienen gracias al esqueleto, si resulta demasiado frágil, todo se desmorona. El movimiento y las cargas lo estimulan a fortalecerse y prepararse para las necesidades del día. Una vida sedentaria no da al esqueleto una razón para fortalecerse, todo lo contrario, la inactividad provoca que deje de reconstruirse, perdiendo espesor y haciéndose menos duradero.
Moverse tiene un efecto altamente beneficioso sobre la mineralización ósea. Los huesos se fortalecen cuando reciben cargas. Según diversos estudios, al parecer, el estrés sobre el esqueleto, aumenta el depósito óseo sobre las zonas solicitadas, para preservar la solidez de la estructura. En consecuencia los huesos se fortalecen, lo que disminuye el riesgo de fracturas, y retrasa la pérdida de masa ósea.
Mover los músculos aumenta la irrigación sanguínea, la sangre transporta oxigeno y otros nutrientes que los músculos necesitan y aumenta la temperatura, proporcionando mas flexibilidad al sistema muscular.
Los músculos que no se utilizan se atrofian, se vuelven rígidos y pierden su elasticidad, lo cual provoca dolor. Cuando los necesites se cansarán fácilmente, porque no están habituados a realizar ningún trabajo, por consiguiente, tendrás más posibilidad de lesionarte mientras realizas una sencilla tarea cotidiana.
Los tendones y ligamentos, también se ven afectados por la falta de actividad, se vuelven frágiles y demasiado laxos, lo que hace que su función de sujeción, se vea mermada, afectando a la estabilidad de las articulaciones, con el consiguiente riesgo de luxación. Las articulaciones son mas propensas a las lesiones cuando los músculos y ligamentos que las sostienen son mas débiles.
Las articulaciones, es decir, las conexiones entre dos huesos, son una parte muy sensible del aparato locomotor, y necesitan mantenimiento y movimiento. El sedentarismo tiende a reducir la movilidad de las articulaciones, lo que puede afectar al desempeño de actividades cotidianas, aumentando el riesgo de padecer dolores y lesiones. Las articulaciones que no se utilizan se anquilosan, en cambio moverlas, las estimula y predispone a ser más funcionales.
Los cartílagos proporcionan el movimiento entre los huesos y actúan como una amortiguación evitando el contacto entre ellos. Como el resto del esqueleto, el cartílago tiene que recibir cargas y cuanto mayor sea la frecuencia con que las recibe, más grueso y funcional se volverá, retrasando su natural desgaste y degradación- Permanecer inactivo, hará que sean más finos, aumentando el riesgo de artrosis y/o artritis.
«Todas las articulaciones y músculos necesitan actividad diaria para sentirse bien. Cuando el cuerpo de siente bien nosotros también.
«Bibliografía: Kendall; Kabat