Has salido del trabajo con la hora tan justa, o te has entretenido en casa haciendo «eso tan importante», que llegas tarde a tu clase de Pilates… ¡Ah no, yo no me la pierdo!, piensas. Así que comienzas a correr como una loca para llegar, aunque sea quince o veinte minutos tarde. Te unes a la clase con la respiración entrecortada, y completamente estresada te …
