La cintura escapular es el complejo articular dotado de más posibilidades motrices y con mayor precisión del cuerpo humano. Su estabilidad es clave para sostener y transferir fuerza hacia y desde el tronco y para establecer una base estable con que mover los brazos.
En general la cintura escapular sirve como estructura de anclaje de los miembros superiores al esqueleto axial, y además en ella se fijan muchos músculos que mueven los brazos, siendo una estructura muy ligera que permite a las extremidades superiores un grado de movimiento que no se tiene en ningún otro lugar del cuerpo.
Formada por las escápulas u omóplatos, las clavículas y el manubrio esternal, se extiende desde la base del cuello hasta el borde inferior del pectoral mayor.
Es el segmento proximal del miembro superior y fija la articulación glenohumeral (hombro) al tronco, de manera que constituye la comunicación entre el brazo y el tronco.
En la estabilidad y movimientos de la cintura escapular participan muchos músculos: supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular (que forman el manguito del rotador), pectoral mayor, dorsal ancho, deltoides.
Cabe destacar la importancia de unos músculos que tienen gran papel en la estabilización de la escápula; como son el serrato mayor, cuya debilidad permite que el borde externo de la escápula se despegue del tórax. El angular de la escápula y el romboides que aproximan las escápulas y las llevan en campaneo interno. El trapecio, situado más externo y con una amplia extensión, suele llevarse un exceso de trabajo porque se solicita su acción en la elevación del hombro, efectuando un uso erróneo de este.
Aunque solo he nombrado algunos de ellos cabe destacar que la escápula sirve de inserción a 17 músculos, lo que la convierte en un hueso casi flotante a merced de las diferentes tensiones musculares y con las únicas articulaciones reales con la clavícula (acromioclavicular) y el húmero (escapulohumeral).
Esto implica que para un buen movimiento deben intervenir un grupo de músculos en un correcto orden mecánico para la estabilización de la escápula, de no ser así se pueden producir problemas como el pinzamiento del tendón supraespinoso, lo que producirá una tendinitis, o contracciones musculares del trapecio, angular del ómoplato y romboides, lo que solemos denominar comúnmente como «dolor de cervicales».
¿Qué te ha parecido el post de hoy? Un poco denso, lo sé, pero tengo claro que conocer a fondo todas las estructuras de nuestro cuerpo y su función, es la base para entender la necesidad de cuidarlas y los beneficios de hacerlo. Por eso he creído importante que entendáis el funcionamiento de la cintura escapular.
Espero no haberos aburrido demasiado 😉
¡Nos vemos en el siguiente post!
Marisa Rodriguez directora y profesora de Pilates y SGA en enesencia