Si miramos la columna de perfil, podemos apreciar que existen una serie de curvas en ella como resultado de la adaptación de nuestra espalda a la postura de bipedestación (de pie).
Dos curvas anteriores o lordosis -una en la cervical y otra en la lumbar-, y otras dos curvas posteriores o cifosis -una en zona dorsal y otra en el sacro-.
Estas curvas pueden deformarse y rectificarse, es decir ser más cerradas o más abiertas de lo debido, como consecuencia de malas posturas, malos hábitos, de lesiones, o de haber practicado deportes que desarrollan los músculos de manera irregular. Como consecuencia, la columna pierde su alineación natural, lo que seguro resultará doloroso y puede acabar dañándola seriamente.
Para mantener una postura libre de tensiones, nuestra columna debe estar colocada de la manera más eficiente mecánicamente hablando, para lo que va a necesitar una buena alineación, fundamental para su correcta funcionalidad y por tanto, para la prevención de posibles patologías.
La alineación ideal de la columna, hace referencia a la colocación vertical de sus segmentos sin que exista rotación o inclinación, en la que el posicionamiento es centrado y relajado para todas las articulaciones del cuerpo.
De esta manera, los músculos se relajan y las articulaciones funcionan correctamente con el menor desgaste posible, lo que contribuye a realizar cualquier movimiento con precisión.
Por el contrario, una postura defectuosa o con una incorrecta colocación de los segmentos, produce sobrecarga articular y excesiva tensión muscular.
Por lo tanto, para mantener la correcta alineación de la columna se necesita un equilibrio muscular adecuado para usar los músculos de forma óptima, lo que previene la fijación de la columna en todas las posiciones, y reduce el estrés de todas las partes conectadas con la misma, incluidas articulaciones, tendones y ligamentos.
Existen varios tipos de posturas que «delatan» desequilibrios musculares y en consecuencia, cambios de alineamiento en zonas clave de nuestra columna cervical, dorsal, lumbar, y pelvis, que producen importantes alteraciones en su mecánica.
Fíjate en la siguiente imagen, en la que la figura A, corresponde a la postura ideal y las otras tres son ejemplos de posturas incorrectas. La línea vertical punteada marca la alineación correcta de los diferentes segmentos.
En la figura A se puede ver una columna en perfecta alineación. Las curvas y los segmentos corporales se encuentran en equilibrio. La línea de gravedad, comienza por delante del tobillo y sigue por el centro de la rodilla, trocánter mayor, articulación glenohumeral y oreja.
En la figura B la columna lumbar está “hundida”. Hay un desplazamiento anterior de las vértebras y el abdomen, la pelvis se encuentra en anteversión, las vértebras dorsales desplazadas posteriormente, dando un aspecto de «joroba» y la cabeza está adelantada produciendo una hiperextensión de la columna cervical.
La figura C presenta una columna lumbar y dorsal con sus curvaturas naturales reducidas, «rectificada«, el tórax adelantado, el sacro desplazado hacia adelante y la pelvis en retroversión.
En la figura D se observa una inclinación general del cuerpo hacia adelante. La pelvis se encuentra en retroversión marcada, las vértebras lumbares levemente desplazadas hacia adelante al igual que el tórax y hay una marcada antepulsión de cabeza.
Como ves, una postura correcta implica mantener el cuerpo bien alineado en cualquiera de las posiciones que puede adoptar. Si las líneas de gravedad no pasan por los puntos correctos de nuestro cuerpo, es porque existe un desequilibrio, ocasionado generalmente por las malas posturas, y que puede terminar provocando deformidades patológicas como escoliosis, cifosis e hiperlordosis.
Como mejorar la alineación y el equilibrio corporal con Pilates
El método Pilates se centra mucho en la alineación corporal, siendo este uno de sus principios básicos. A través de la estabilización y control central, se consigue mantener una postura y una alineación correctas, que son esenciales para el uso apropiado de los músculos y hace que los movimientos sean más seguros en cualquier actividad.
Pilates propone una gran variedad de ejercicios para el aprendizaje del principio de alineación, orientados a identificar correctamente los segmentos corporales, y corregir patrones posturales que generan debilidad o tensión, en algunos músculos que soportan, estabilizan o movilizan nuestra columna.
La próxima semana te hablaré de los beneficios del principio de alineación de Pilates y te daré algunas claves para que puedas entenderlo mejor y ponerlo en práctica.
¡ No te lo pierdas ! 😉
«La buena postura sólo puede adquirirse cuando el mecanismo completo del cuerpo está bajo perfecto control»
–Joseph H. Pilates–
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Marisa Rodriguez directora y profesora de Pilates y SGA en enesencia
1 comentario
[…] pie, puedes ver claramente cómo se alinean sus cuerpos y dónde podrían necesitar ajustes. También puedes observar mejor su postura y su lenguaje […]