¡Hola profe de Pilates! Si estás leyendo esto, es probable que estés a punto de dar tus primeras clases de Pilates y como alguien que ha estado ahí, me puedo imaginar la mezcla de emoción y nervios que tendrás. Así que coge papel y boli porque creo que puedo ayudarte con algunos consejos, que te den un poco de seguridad y confianza en tu primera experiencia como instructor de Pilates.

1. Conoce a tus Alumnos

Conocer a tus alumnos en profundidad es esencial para que puedas ofrecerles una experiencia de Pilates más efectiva, adaptada a sus necesidades y metas individuales. Tómate un tiempo para averiguar si tienen alguna lesión o condición médica especial, así como su nivel de experiencia en Pilates. Te ayudará a adaptar la clase a sus necesidades individuales y estarán más satisfechos.

La adaptación personalizada es la clave para el éxito en la enseñanza de Pilates.

¿Qué puedes hacer?

  • Crea una relación de confianza, dedicando tiempo a conocer a tus alumnos. Habla con ellos sobre sus objetivos personales, cualquier lesión o limitación física, y su nivel de experiencia previa en Pilates.
  • Utiliza la información que obtengas para personalizar tus clases, incluyendo ejercicios y secuencias que se adapten a sus necesidades individuales. Por ejemplo, si tienes un grupo con niveles de habilidad variados, proporciona variaciones para cada ejercicio, desde opciones más simples hasta desafíos avanzados.
  • Lleva un registro del progreso de tus alumnos. Anota sus logros, áreas de mejora y cualquier modificación que hayas implementado en las clases. Esto te ayudará a adaptar continuamente tu enseñanza.
  • Anima a tus alumnos a mantener una comunicación abierta contigo y a preguntar si tienen dudas.
  • Sé flexible y muestra empatía hacia las circunstancias individuales de tus alumnos. Comprende que cada día es diferente y algunos pueden sentirse más energéticos que otros. Si un alumno llega a clase con fatiga, no seas demasiado exigente y adáptate a su nivel de energía y ánimo.
2.Prepara un Plan de Clase Sólido

Dedicar tiempo a planificar tu clase con anticipación te da confianza y evitará que te sientas perdido durante la clase. La preparación es fundamental para cualquier instructor de Pilates, especialmente cuando te enfrentas a tus primeras clases. Antes de entrar en el estudio, planifica tu clase en detalle. Decide qué ejercicios enseñarás, cómo los secuenciarás y cuánto tiempo dedicarás a cada uno. Una buena estructura es esencial para mantener a tus alumnos comprometidos y asegurarte de que aprovechen al máximo la clase.

Tener un plan de clase bien estructurado es esencial.

¿Qué puedes hacer?

  • Antes de cada clase, planifica el flujo de ejercicios y considera cómo se relacionan entre sí. Asegúrate de que la progresión sea lógica, comenzando con movimientos más simples y avanzando gradualmente. Esto ayuda a construir la confianza de tus alumnos. Por ejemplo, en una clase principiante, podrías comenzar con ejercicios básicos como el «Pelvic Curl» y avanzar hacia el «Bridge» una vez que los alumnos se sientan cómodos. No olvides pensar en las transiciones suaves entre los movimientos para mantener la continuidad.
  • Antes de enseñar un ejercicio, invierte tiempo en investigar y estudiarlo en profundidad. Comprende su anatomía, los músculos que trabaja y las posibles modificaciones para diferentes niveles de habilidad. Por ejemplo, si vas a enseñar el «Roll Up», asegúrate de conocer la forma correcta de realizarlo, las áreas del cuerpo que se activan y cómo simplificarlo para principiantes.
  • Practica en tu propio cuerpo. No hay mejor manera de entender un ejercicio que experimentarlo para sentir cómo afecta a la postura, flexibilidad y fuerza. Esto te ayudará a transmitir una comprensión más profunda a tus alumnos.
  • Cuando presentes un ejercicio, enfatiza la técnica correcta desde el principio. Descompón cada movimiento en partes más pequeñas y muestra a tus alumnos cómo realizarlo con precisión. Por ejemplo, si estás enseñando el «Hundred», asegúrate de explicar cómo mantener la columna neutra, cómo activar el centro, y cómo coordinar la respiración con el movimiento.
3.Comienza con los Fundamentos

Sé que puede ser tentador impresionar a tus alumnos con movimientos «retadores» desde el principio, pero tendrás que resistirte a esta tentación. Establecer una base sólida es imprescindible para un aprendizaje efectivo y seguro, así que comienza con ejercicios básicos que les permitan comprender y aplicar los principios fundamentales de Pilates. Enseñar a tus alumnos por qué están haciendo ciertos movimientos y cómo afectan a su cuerpo es una parte importante de la enseñanza de Pilates.

Antes de adentrarte en ejercicios más complejos, es fundamental construir una base sólida.

¿Qué puedes hacer?

  • Asegurarte de que tus alumnos comprendan y apliquen los principios fundamentales de Pilates, como la respiración, la estabilización, la alineación y el control.
  • Más que a la cantidad de ejercicios, presta atención a la calidad de la técnica. Asegúrate de que tus alumnos comprendan cómo realizar cada movimiento correctamente, para garantizar un progreso efectivo.
  • A medida que tus alumnos se sientan más cómodos con los ejercicios básicos, puedes comenzar a introducir variaciones y movimientos más avanzados. La progresión gradual les permitirá construir fuerza y ​​control de manera segura.
  • La paciencia es clave. Entiende que cada persona progresa a su propio ritmo. Repite los ejercicios fundamentales tanto como sea necesario para que tus alumnos los integren antes de avanzar.
  • Al comenzar con los fundamentos, puedes evaluar el nivel de experiencia de tus alumnos y adaptar las clases en consecuencia. Peeerooo ojo cuidao con esto, porque adaptar no es sinónimo de evitar el movimiento, sino de encontrar formas seguras y efectivas de mantenerlo.
4.Comunica de manera clara y sencilla

Tu manera de comunicarte con los alumnos va a ser clave para guiarlos a través de una clase efectiva y segura, así que tendrás que hacerlo de manera clara y sencilla si quieres que te entiendan y puedan seguir fácilmente los movimientos y ejercicios que les estás enseñando.

No se trata de dar indicaciones al azar sino de guiar a los alumnos en la práctica a través de instrucciones claras, concisas y sencillas.

¿Qué puedes hacer?

  • Explica claramente los movimientos, da indicaciones precisas y utiliza un lenguaje que tus alumnos puedan entender fácilmente. Una comunicación clara ayudará a evitar lesiones y garantizará que tus alumnos realicen los ejercicios correctamente.
  • Evita jergas o términos técnicos complejos, especialmente si tienes alumnos principiantes.
  • No des demasiada información a la vez. Utiliza únicamente las instrucciones necesarias y útiles. Hablar en exceso puede resultar confuso, distraer a tus alumnos y hacer que se preocupen por aspectos que ya están haciendo bien.
  • Cuando observes errores, sé específico en tus correcciones. En lugar de decir «ajusta tu posición», puedes decir «mantén los talones anclados en el suelo mientras elevas la pelvis».
  • Aunque es importante corregir a los alumnos para ayudarles a mejorar, un exceso de corrección puede tener efectos negativos. En lugar de dar muchas indicaciones, es mejor seguir la regla del «menos es más». No existe un número mágico, pero mi sugerencia es que para principiantes, una sola indicación puede ser suficiente, mientras que para alumnos más experimentados, tres indicaciones pueden ser efectivas.
  • Utiliza analogías y metáforas visuales para explicar los ejercicios y hacer que sean más fáciles de entender. Por ejemplo “Como si tu pelvis fuera de plomo” para conseguir que mantengan la pelvis estable.
  • La comunicación debe ser bidireccional. Anima a tus alumnos a hacer preguntas si algo no está claro y escucha sus preocupaciones o comentarios con atención. Fomenta un ambiente donde se sientan cómodos participando, a veces, pueden sentirse intimidados y no preguntar, así que déjales claro que sus preguntas son bienvenidas y apreciadas.
  • Utiliza un lenguaje positivo para mantener a tus alumnos motivados y comprometidos. Celebra sus logros y esfuerzos, por pequeños que sean.
5.Observa ajusta y modifica

La observación es una habilidad fundamental para un instructor de Pilates, que además de garantizar la seguridad de los alumnos, les permite obtener el máximo beneficio de su práctica.

En mi opinión, es el núcleo de nuestra enseñanza. Observar nos permite ver más allá de lo superficial y abordar las compensaciones, debilidades y restricciones que pueden estar presentes, dirigir los movimientos de manera lógica, y corregir de forma eficaz.

Cada cuerpo es diferente y es probable que tengas alumnos con diferentes niveles de habilidad y necesidades.

¿Qué puedes hacer?

  • Presta atención a cada alumno. Observa cómo realizan los ejercicios y si hay signos de incomodidad o dificultad. Cada cuerpo es único, y es posible que algunos necesiten modificaciones para hacer los movimientos de manera segura y más efectiva. A medida que observes las necesidades de tus alumnos serás más capaz de adaptar las clases.
  • Personaliza la experiencia. Si tienes un grupo mixto de alumnos con diferentes niveles de habilidad, es imprescindible que cuentes con un conjunto de modificaciones en tu arsenal, para poder ofrecer opciones a principiantes, intermedios y avanzados. De esta manera, cada uno puede progresar a su propio ritmo.
  • Observa el lenguaje corporal de tus alumnos porque puede decirte mucho. Si ves que alguien está luchando o incómodo con un ejercicio, acércate discretamente para ofrecer una corrección o ajuste.
  • Fomenta la autobservación animando a tus alumnos a escuchar sus propios cuerpos y a comunicarse contigo durante la clase, si sienten alguna molestia. Así refuerzas su capacidad para autogestionar su práctica.
6.Mantén la calma

Es normal sentir un poco de nerviosismo antes y durante tus primeras clases, todos hemos pasado por eso, pero recuerda que tú eres el experto en la sala. Confía en tus conocimientos y habilidades y disfruta de tu primera clase.

Intenta mantener la calma, respira profundamente y recuerda que estás allí para guiar y apoyar a tus alumnos. La confianza vendrá con la experiencia.

¿Qué puedes hacer?

  • Prepara antes cada clase. Conocer bien tu plan de acción y los ejercicios que vas a enseñar es la clave para reducir la ansiedad y ganar seguridad. Revisa y practica las instrucciones de los ejercicios para sentirte más seguro.
  • Toma algunas respiraciones profundas para relajarte y centrarte. Tú mejor que nadie, conoces los efectos de una respiración consciente sobre la mente y el cuerpo.
  • Antes de entrar al estudio, visualízate dirigiendo una clase fluida y efectiva. Imagina a tus alumnos participando activamente y siguiendo tus instrucciones.
  • Habla con seguridad durante la clase. La confianza se refleja en tu voz y lenguaje corporal. Controlar tus nervios es un proceso que mejora con el tiempo y la experiencia. A medida que te sientas más seguro en tu papel como instructor de Pilates, verás que los nervios disminuyen y tu confianza crece.
  • Por último, pero no menos importante, no temas cometer errores. Todos los instructores, incluso los más experimentados, cometemos errores en algún momento. Aprende de ellos y sigue adelante. Cada error es una oportunidad para aprender y mejorar.
7.Crea un ambiente positivo y una relación de confianza

La energía que traes al estudio influye en la atmósfera de la clase. Preparar un ambiente positivo y alentador crea un espacio donde el crecimiento y la confianza de tus alumnos aumentan. Este ambiente no solo mejora su experiencia, sino que también los motiva a seguir practicando y alcanzando sus objetivos.

La atmósfera en tu estudio de Pilates puede tener un impacto significativo en la experiencia de tus alumnos.

¿Qué puedes hacer?

  • Recibe a tus alumnos con una sonrisa y pregunta cómo se sienten ese día y si tienen alguna duda o inquietud. Este simple gesto crea una conexión inmediata y muestra tu interés en su bienestar.
  • Durante la clase, celebra los logros de tus alumnos y refuerza lo positivo. Elogia su técnica, su esfuerzo y su progreso. Puedes hacerlo en grupo o de manera individual al final de la clase.
  • Crea un sentido de comunidad. Anima a la interacción y el compañerismo. Puedes organizar sesiones de grupo adicionales fuera de las clases regulares, para fortalecer los lazos entre tus alumnos. Por ejemplo, una clase en el parque o una charla sobre hábitos posturales pueden ser oportunidades para que se conecten.
  • Se auténtico. La autenticidad te ayuda a construir una relación sólida y de confianza con tus alumnos. No trates de ser alguien que no eres imitando a otros instructores o adoptando un estilo que no sea el tuyo. Tu autenticidad te distingue y te hace único.
  • Admite tus limitaciones. Si no tienes una respuesta a una pregunta o no estás seguro de algo, sé honesto al respecto. Es mejor admitirlo que intentar dar una respuesta incorrecta. No tengas miedo de mostrar tu vulnerabilidad ante tus alumnos y responde por ejemplo con un «Esa es una pregunta interesante, pero no estoy seguro en este momento. Déjame investigar y te daré una respuesta precisa la próxima clase.»
8.Aprende de la experiencia y disfruta del proceso

Cada clase es una oportunidad de aprendizaje. Tómatelas como experiencias para crecer y mejorar como instructor de Pilates. A lo largo del tiempo, ganarás confianza y será tu mejor maestra.

Evaluar y mejorar constantemente tu rendimiento como instructor de Pilates es una parte muy importante de tu crecimiento profesional y te ayuda a avanzar en tu carrera. Cada clase es una oportunidad nueva de aprendizaje, así que aprovéchala.

¿Qué puedes hacer?

  • Después de clase, tómate un momento para evaluar cómo fue, reflexiona sobre lo que funcionó y lo que no, y ajústalo para la próxima vez. Pregúntate ¿Dónde podrías mejorar? ¿Han alcanzado los alumnos sus objetivos? ¿Cómo puedes adaptar tu enseñanza para apoyarlos mejor? Pide feedback a tus alumnos de forma regular, sus opiniones son muy valiosas para identificar áreas de mejora.
  • Continúa aprendiendo. La preparación es la base sólida sobre la que tienes que construir tu carrera como instructor de Pilates. Cuanto más te prepares y te familiarices con el método, más confianza transmitirás a tus alumnos y más disfrutarás de tus propias clases.
  • Por supuesto no olvides disfrutar del proceso. Celebra cada pequeño logro y aprendizaje en el camino, porque tu entusiasmo es contagioso y tus alumnos pueden sentirlo.

Espero que estos consejos te sirvan como hoja de ruta en tu recién estrenado camino como instructor de Pilates.

Si sientes que necesitas un apoyo para enriquecer tus clases y profundizar en la esencia de Pilates, considera explorar mi eBook «Los 37 de Joseph Pilates». Está lleno de recursos prácticos para ayudarte en tu viaje como instructor.

libro de pilates de los ejercicios de mat clásico

Si tienes alguna duda o necesitas cualquier cosa escríbeme al correo [email protected], o déjame un comentario, te prometo que intentaré responderte lo antes posible 😉

¡Mucha suerte en tu carrera! El mundo de Pilates te espera con los brazos abiertos.

Un abrazo, Marisa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *