Desarrolla la fuerza, resistencia, coordinación, flexibilidad, potencia, estabilidad, movilidad, agilidad y equilibrio, trabajando todo el cuerpo.
Total body Resistance Exercise’ más conocido por las siglas «TRX» es un sistema de entrenamiento funcional basado en la suspensión, que trabaja de una manera global todo el cuerpo aprovechando nuestro propio peso en contra de la gravedad y en equilibrio constante.
Con el entrenamiento en suspensión es posible realizar un gran número de variaciones de ejercicios y movimientos de coordinación, fuerza, equilibrio, resistencia y flexibilidad, facilitado rangos de movimiento tridimensionales (frontal, sagital, transversal) muy similares a los movimientos cotidianos.
Está compuesto por cintas de alta resistencia, sujetas a un anclaje y regulables en altura, que permiten trabajar en distintos niveles de intensidad y dificultad, ejercitando de forma natural todos los grupos musculares que intervienen en cada movimiento.
Los pies o las manos se sujetan a las cintas, mientras que la otra parte del cuerpo está en contacto con el suelo trabajando con el peso de nuestro propio cuerpo en contra de la gravedad.
Un método creado por el ejército que puede ser practicado por cualquier persona
El TRX fue desarrollado en los años 90 por las fuerzas de operaciones especiales de la armada de los EEUU, pero a pesar de su origen militar puede ser practicado por cualquier persona sea cual sea su condición física, ya que permite ajustar el nivel de dificultad y exigencia según el movimiento que realicemos.
Los ejercicios pueden ser más sencillos o más intensos, sólo variando la inclinación del cuerpo y los puntos de apoyo, por lo que se puede trabajar en diversos niveles y adaptarlo a cualquier persona con cualquier nivel de condición física, convirtiéndolo en un entrenamiento seguro, efectivo y muy funcional.
Basado en la realización de ejercicios con tu propio cuerpo, el entrenamiento se vuelve más eficiente.
Al ejercer la fuerza por la carga de nuestro propio peso, la inversión efectuada por el cuerpo y el riesgo de lesión se reducen al no utilizar cargas adicionales, aumentando nuestra fuerza y resistencia muscular.
El TRX facilita rangos de movimiento. Las limitaciones de trabajo en los distintos planos es casi inexistente. Mediante movimientos y posiciones dinámicas podemos entrenar de la misma forma en la que vivimos y nos movemos, tanto en nuestra vida cotidiana como en los deportes, hacia delante, hacia atrás, y diagonal, de la manera más funcional posible.
Además puede ser empleado como ejercicio cardiovascular. Trabajando con una intensidad moderada o alta y a buen ritmo, se puede desarrollar fuerza y resistencia funcional mientras se queman calorías.
Un plus para las sesiones de Pilates
Como profesora de Pilates y apasionada del movimiento consciente tenía que probar las bondades del TRX, así que un día decidí realizar la formación como instructora de TRX de la mano de “Body Intelligence Training” para comprobar por mí misma los beneficios del entrenamiento en suspensión y su aplicación al método Pilates.
«En mi opinión, y después de probarlo no tengo ninguna duda de que ambas disciplinas tienen mucho en común y son altamente combinables» Sus beneficios pueden verse mejorados sin perder la esencia que las define y por ese motivo, suelo incluir de vez en cuando en el TRX en las clases de Pilates. Son dos métodos que coinciden sobre todo, en el control corporal y el trabajo desde el Powerhouse, por lo que a mi modo de entender el movimiento, combinarlos puede aumentar la eficacia de las sesiones, en las que además de los dos principios mencionados, otros como fuerza, estabilización, coordinación, equilibrio, agilidad, movilidad y conciencia corporal se ven duplicados.
Al igual que el método Pilates, el entrenamiento en suspensión trabaja el cuerpo de manera global, ofreciendo un completo trabajo de todos los músculos del cuerpo, desde el más pequeño al más grande, para fortalecerlo mejorando la postura.
El entrenamiento en TRX aumenta el control sobre nuestro cuerpo. Al trabajar en suspensión con el peso del cuerpo y la resistencia a la gravedad, exige un equilibrio constante y por tanto mayor control, coordinación y concentración. Al disponer de menos puntos de apoyo, nuestro centro debe estar activado todo el tiempo, consiguiendo un mayor fortalecimiento del mismo, aumentando de esta manera tanto la estabilidad y la conciencia corporal, como el control y el equilibrio en cualquier tipo de movimiento o tarea cotidiana.
En resumen, lo que nos ofrece la unión de ambos sistemas, es una mayor versatilidad y variedad de ejercicios, trabajando el cuerpo como un todo, con un mayor fortalecimiento del centro y rápida mejora de la fuerza corporal general, la flexibilidad, el equilibrio y la estabilidad, facilitando el control postural y de equilibrio en cualquier movimiento.
Y tu… ¿ya lo has probado? … me encantaría saber que opinas.
Marisa Rodriguez, profesora de Pilates y SGA. Fundadora de enesenciamovimiento