Las molestias en el cuello y la espalda pueden ser un verdadero problema difícil de manejar.

¿Quién quiere vivir con dolor cuando tienes el poder del automasaje?

Tener un dolor constante en la zona dorsal y/o cervical puede ser debilitante y agotador, haciendo que incluso las actividades más simples se conviertan en una complicada tarea.

La buena noticia es que hay muchas maneras sencillas de reducir el dolor de cuello y espalda, que puedes incorporar en tu rutina diaria.

Desde estos ejercicios de Pilates, o estos estiramientos, hasta el automasaje.

El automasaje es una excelente manera de reducir el estrés y la tensión en tu cuerpo. Al aplicar presión en puntos específicos, puede ayudar a reducir la tensión muscular, promover la relajación e incluso aliviar el dolor.

Con la práctica regular, el automasaje puede ser una gran herramienta para controlar el dolor crónico y mejorar el bienestar general. Además es fácil de hacer y se puede realizar comódamente en casa.

A continuación te explico un ejercicio de automasaje muy útil en dorsalgias y cervicalgías para relajar la muculatura paravertebral (esa que tienes junto a las vertebras) de toda la columna y en especial de la zona dorsal.

Pero antes de comenzar el automasaje, túmbate en el suelo con las piernas flexionadas al ancho de tus caderas y los brazos descansando a lo largo de tu cuerpo para realizar una toma de conciencia sobre como apoya la zona derecha e izquierda de la espalda en el suelo, para luego una vez realizado, volver a tomar conciencia de los apoyos y ver que es lo que ha cambiado.

Si se trabaja con la suficiente profundidad, las diferencias entre el lado trabajado y el que no, son asombrosas.  

Coloca un palo o pica debajo de la espalda, en el lado derecho, a  lo largo de la columna vertebral, justo a un lado en todo el canal paravertebral, desde la zona lumbar hasta la zona dorsal.

Mantén esta postura durante dos minutos respirando profundamente.

Te ayudará mucho visualizar como el palo se aleja de los músculos al inhalar y como se hunde en la espalda al exhalar relajando la musculatura.  

marisa rodriguez profesora de pilates

Transcurridos los dos minutos  añade movimiento del brazo para intensificar el masaje.

Flexiona el brazo en angulo de 90 grados a la altura del pecho y sigue con la respiración profunda manteniendo la posición.

Después de unas cuantas respiraciones (cinco o seis) comienza a mover el brazo hacia abajo y luego  hacia atrás (siempre flexionado en 90) durante otro minuto.

Luego añade una elevación del hombro al inhalar como si quisieras tocar el techo con el antebrazo, sintiendo como tu escápula  se aleja de la pica, y exhalando  lo vuelves a pegar permitiendo que el palo entre bien en tu espalda.

Al terminar lo retiras  y realizas una toma de conciencia de los apoyos de la zona lumbar, de la pelvis y la zona dorsal del lado trabajado.

Deberías sentir mayor apoyo que en el que todavía no has trabajado.

Ahora repite todo el proceso con el lado izquierdo.  

Siéntete mejor casi al instante y evita molestias a largo plazo con este automasaje.

Como te dije al principio del post , es una forma sencilla y muy  efectiva de relajar la musculatura de tu columna sobre todo de la zona dorsal. 

¿Lo vas a probar?

Marisa Rodriguez directora y profesora de Pilates y SGA en enesencia

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