Sí… no te has confundido de blog, estoy hablando de Pilates.
Lo que aprendes en clase debes llevártelo puesto. Se lo repito cada día a mis alumnos. ¿Por qué no aprovechar todo lo que estás aprendiendo sobre corrección postural para sentir los beneficios de Pilates, no sólo los días que asistes a clase, sino todos los días de tu vida?. Una de las cosas buenas de Pilates es que puede aplicarse a cualquier actividad o inactividad. Puedes estar practicando sin que nadie lo note. Sus principios pueden aplicarse a cualquier situación pudiendo sacarle provecho donde estés: en la oficina, en el autobús o caminando por la calle tranquilamente. Piensa por ejemplo cuántas horas pasas al día de pie. Haciendo cola en el super, esperando el autobús o en el metro mientras vamos al trabajo. Pues bien, sácale provecho a ese tiempo repasando tu postura neutra y tonificando el torso.
Primero aseguraté de que estás con las piernas separadas al ancho de las caderas, con los pies mirando al frente, las rodillas sin tensión ligeramente flexionadas, y los hombros bien abiertos y lejos de las orejas, mueve ligeramente las escápulas hacia la columna sin exagerar. Imagina una cuerda que pasa por el medio de tu columna y sale por la cabeza y piensa que tiran de ella hacia arriba al tiempo que tu cuello se alarga. Inclina la cabeza ligeramente hacia delante, sin doblar el cuello de forma que la barbilla caiga ligeramente hacia delante para extender el cuello y ayudar a alargar la columna.
Ahora piensa en la pelvis y encuentra la posición neutra, balancéala ligeramente hacia delante y atrás. Notarás que es un poco incomodo tener la pelvis en cualquiera de estás dos posiciones, por lo que te supondrá un gran alivio cuando te relajes y vuelvas a la posición natural de tu columna, entre medias de las dos posiciones. Esa será tu postura neutra.
Respira profundamente llevando el aire hacia tus costillas y espalda, ahora soltando el aire concéntrate en tu ombligo y utiliza los músculos abdominales para tirar de el hacia la columna y hacia arriba, como si quisieras meterlo entre tus costillas. Imagina que hay un ascensor en tu suelo pélvico. Mientras exhalas intenta subirlo al segundo piso, tu ombligo, y luego al tercero, tus costillas. Mientras vas subiendo de un piso a otro deberías notar como tus músculos del suelo pélvico y de tus abdominales inferiores se tensan ayudándote a «ahuecar» el ombligo hacia la columna.
Mientras practicas la postura Pilates, tonificas el abdomen y de paso distraes tu mente de la espera, lo que nos sirve además para reducir el estrés. Ahora que le has cogido el truco a eso de estar de pie, prometo que lo siguiente será enseñarte como sentarte correctamente.
«Estar de pie correctamente es también muy importante y debería practicarse a todas horas hasta que se domine
«JOSEPH H. PILATES
Puedes leer la segunda parte de ¡¡Llévatelo puesto!! pinchando aqui
1 comentario
No se porque pero desde pequeño he llevado siempre una mala postura, tenía la costumbre de echar los hombros hacia adelante curvando la espalda lo que me provocaba dolores de cervicales y tener unas cuantas tendinitis en las escápulas.
Después de mucho insistirme, al final empecé a hacer caso a lo que Marisa me decía, "coloca los hombros", "aprieta el centro"… y vaya que si se nota. Muchos de los dolores que sentía se me han ido, me duele mucho menos la cabeza… si hasta me siento más alto, y no porque ella sea bajita 😉
Os animo a tod@s a mejorar vuestra postura porque se gana en calidad de vida, al menos yo he ganado