El método Pilates es un «concepto de ejercicio» que se debe aprender en sucesivas etapas de mayor a menor complejidad. Joseph Pilates inventó y desarrolló estos ejercicios no como una simple secuencia de movimientos mecánicos, sino como una forma de mantener el control de la mente sobre los movimientos, una auténtica conexión mente-cuerpo. Lo más importante no son los ejercicios en sí, sino «como se hacen». Calidad frente a cantidad.
Cada persona tiene unas necesidades de movimiento diferentes por lo que es muy importante la progresión adecuada en la enseñanza el método : un ejercicio hecho antes de un tiempo de preparación puede producir una lesión. Además para saber los ejercicios que se deben enseñar o mejor aún que se deben evitar, hay que tener en cuenta las circunstancias físicas personales del alumno y los factores que han podido influir en su dolencia.
De la misma manera que bien realizado Pilates es una fuente de salud, mal enseñado puede ser causa de lesiones como consecuencia de la inapropiada realización de los ejercicios por no respetar los principios del método, bien porque no se corrijan los defectos de ejecución del ejercicio, bien porque el ejercicio no este adaptado a la persona o porque se haga con demasiada intensidad.
Desgraciadamente el «boom» mediático de los últimos años hace que no se tengan en cuenta las consecuencias que Pilates puede originar cuando no está bien dirigido.
El resultado ante la avalancha de clientes demandando clases de Pilates en los gimnasios o en los centros culturales de los ayuntamientos, asociaciones de vecinos, etc, es que en este tipo de clases tan masificadas, no se produzcan los efectos beneficiosos de Pilates o peor aún que aparezcan molestias y dolores más o menos graves con alto riesgo de lesionarse. No se practica Pilates, sino una serie de movimientos inocuos que para mucha gente es suficiente pués nunca han hecho ejercicio, pero que cuando toman una clase con un profesional bien formado aprecian la diferencia y notan enseguida los resultados. Es hay donde se definen los centros de calidad.
Afortunadamente la aparición de lesiones como consecuencia de hacer Pilates no es en absoluto frecuente, al menos en los centros donde se trabaja con monitores bien formados que se actualizan con formación continua y que ofrecen una atención personalizada o en grupos reducidos, como máximo 8 personas y dependiendo del nivel. En niveles de iniciación o muy básicos, el número no debería ser superior a cuatro alumnos.
Asi que si te has decidido a practicar Pilates, a la hora de elegir un centro para hacerlo, ten muy en cuenta que no se puede dirigir, corregir o proporcionar ejercicios beneficiosos a cada alumno cuando se supera este número de alumnos por lo que el riesgo de aprender cualquier cosa peligrosa bajo el nombre de Pilates es muy grande…
…No todo es Pilates