Tal vez lo reconozcas más como aro mágico, un implemento muy utilizado en las clases de Pilates, tanto de mat como de aparatos, y el único que fue diseñado por el creador del método Joseph Hubertus Pilates.
Cuenta la historia del mundo de Pilates, que al maestro le gustaba beber cerveza en su estudio de la octava avenida de Nueva York, y solía pedir que le suministraran barriles con regularidad.
Un día, como el genio que era, tuvo la idea de utilizar una de las anillas del barril para crear un instrumento con el que enriquecer los ejercicios del método. Le colocó un bloque de madera frente a otro y así nació el «magic circle». ¿No te parece una idea genial ? Cada vez que te quejes porque las almohadillas del actual «magic circle» no te resultan lo suficientemente cómodas, ¡¡piensa en como debían ser con los bloques de madera!! 😀
Desde entonces hasta hoy, el aro mágico no ha cambiado mucho, solamente se ha hecho más comercial y más cómodo. Está claro que Joseph Pilates, además de ser un gran visionario tenía mucha imaginación y sabía aprovechar al máximo los recursos que tenía a su alcance.
Qué es y para qué sirve el aro mágico de Pilates
Como su propio nombre indica, es un aro de aproximadamente 40 centímetros de diámetro, fabricado normalmente a través de un metal flexible, con dos asideros o agarres de goma suave para poder presionar o tirar de ellos.
Incluirlo en las clases de Pilates ayuda a mejorar aspectos fundamentales del método, como la estabilización de la escápula y la pelvis neutra, la alineación, el aumento de la resistencia y la fuerza en general y en especial, de los músculos profundos, al requerir de un gran control central y fuerza para utilizarlo.
Utilizado para dar intensidad a los ejercicios o como ayuda para facilitarlos
El aro mágico se utiliza tanto en las clases de Mat como en las de aparatos. En mi opinión, es un elemento que funciona muy bien como ‘feedback’ para localizar el cuerpo en el espacio y saber qué músculos se activan en cada ejercicio, aumentando la orientación del movimiento y la propiocepción, por eso es uno de mis implementos preferidos, y a pesar de las protestas de mis queridos alumnos, lo utilizo mucho en mis clases 😀
Colocado en diferentes partes del cuerpo, como los tobillos, las rodillas o las manos, aumenta la intensidad y resistencia de los ejercicios, elevando su dificultad. En otras ocasiones sirve como ayuda para facilitarlos, “por ejemplo, cuando queremos tener una mayor percepción de la colocación de las escápulas, de la pelvis, o de la línea media del cuerpo”
Otra utilidad que podemos dar al aro mágico, es introducirlo en las clases como elemento para crear cierta inestabilidad. Si en lugar de apoyar nuestra mano o nuestro pie en el suelo la apoyamos sobre el aro, retaremos el equilibrio y nos veremos obligados a una mayor activación del core para poder mantener una postura correcta.
Con el magic circle podemos trabajar perfectamente toda la serie de Pilates y hacerla todavía más intensa. A veces ayuda y otras es un verdadero reto. Pero utilizado de la manera correcta, teniendo en cuenta el nivel y necesidades personales de cada uno, aportará grandes beneficios a la clase enriqueciéndola y haciéndola más estimulante.
¿Te animas a probarlo?
Te espero en mi estudio de Pilates 😀
Marisa Rodriguez, profesora de Pilates y SGA. Fundadora de enesenciamovimiento