Piensa un momento y contéstame: ¿Cuántas veces te paras a escuchar a tu cuerpo?…
Puede que en alguna ocasión hayas sentido dolor en alguna parte de tu cuerpo mientras hacías las actividades de tu vida cotidiana o tal vez haciendo ejercicio, pero seguramente no le has prestado atención y has seguido realizando lo que te ha provocado ese dolor como si no hubiera ocurrido nada.
Aprender a escuchar el cuerpo es algo que se hace cada vez más difícil en el mundo de prisas y compromisos «ineludibles» que tenemos. Sin embargo es absolutamente necesario saber interpretar lo que nuestro cuerpo nos indica para poder evitar muchas dolencias.
Marisa Rodriguez profesora de Pilates y SGA
El cuerpo nos habla constantemente advirtiéndonos de su estado a través de nuestras sensaciones físicas, emociones y sentimientos. Cuando no sabemos escucharlo, nos grita en forma de dolor y es entonces cuando le empezamos a dedicar la atención que se merece. Pero tranquil@, en esta vida todo se puede aprender.
Pilates es la concienciación total de tu cuerpo. Con cada clase, aprendemos a movernos escuchando el cuerpo, sin generar tensiones.
Practicar Pilates nos enseña a tomar conciencia de nuestro cuerpo centrando la atención en nuestras percepciones sensoriales. La conciencia corporal y dentro de ella el control de la propia postura son de vital importancia, ya que solo a través de esta conciencia podemos escucharlo.
Puede que al principio te parezca que los movimientos de Pilates no guardan ninguna relación con tu rutina diaria. Sin embargo con el tiempo te darás cuenta de que estás aprendiendo a tomar conciencia del cuerpo y cuando lo hagas, sabrás escuchar todas sus señales.
Cada uno de los ejercicios de Pilates está diseñado para conectarse con el cuerpo.
Durante la práctica resulta fundamental estar concentrados en aquello que hacemos, visualizar los ejercicios, pensar en aquellos músculos en los que nos vamos a centrar en cada momento, a menudo esforzándote por aislar uno o dos músculos y otras veces en coordinar multitud de ellos para que trabajen al mismo tiempo. Esto sólo lo podrás conseguir mediante una concienciación total de tu cuerpo.
Para aprender a escucharlo, debes practicar siempre muy atento a las señales que te envía.
No fuerces lo que no es natural. Si algo duele no sigas. Es fundamental que aprendas a diferenciar claramente lo que te hace sentir bien y lo que te hace sentir mal, siempre atent@ a los cambios que se van produciendo en la postura, como se estiran los músculos, como se mueven tus articulaciones y la columna. Si notas una tensión excesiva cede un poco, es posible que hayas ido demasiado lejos.
Con paciencia y constancia, poco a poco aprenderás a escuchar a tu cuerpo. Quizá no te parezca muy claro al principio lo que quiere decirte, las sensaciones tanto tiempo reprimidas no surgirán de golpe, sino que emergerán de manera lenta y sutil pero te aseguro que te hablarán y sin darte cuenta habrás aprendido a escuchar y dialogar con tu cuerpo gracias al método Pilates.
“No hay ninguna razón para forzar a nuestro cuerpo más allá de lo necesario y lo razonable, especialmente cuando ello supondrá un daño para nosotros”
Joseph Pilates, creador del método