Si quieres que tus alumnos trabajen sin tensión en las clases de Pilates, deja de usar indicaciones que transmitan tensión como «apretar».
En este artículo descubrirás cómo ahorrarte malentendidos evitando palabras que generan tensión y, lo que es peor, posibles lesiones, mientras guías a tus alumnos hacia sus objetivos.
Las indicaciones verbales, son quizá la herramienta más poderosa que tenemos los instructores de Pilates, para guiar a nuestros alumnos durante las clases y motivarlos a alcanzar sus objetivos, y por eso la elección de palabras juega un papel tan importante.
No se trata solo de hablar, sino de elegir las palabras (en este caso, verbos de acción) adecuadas que estimulen al cerebro a realizar la acción que queremos que haga nuestro alumno.
Porque, si hay algo peor que tus alumnos no entiendan tus instrucciones, es que las entiendan mal.
Cada palabra que eliges al guiar una clase de Pilates tiene un impacto directo en su movimiento. Por eso, tienes que ser muy específico y preciso si quieres evitar malentendidos y, lo que es peor, posibles lesiones.
Los verbos de acción inspiran a los alumnos a moverse y a involucrarse más en la clase. Esto mejora su rendimiento y los hace más conscientes de sus movimientos y de cómo afectan a su cuerpo.
Palabras como «siente», «expande» o «derrite», pueden hacer que se sientan más conectados y relajados durante la clase.
Este tipo de indicaciones verbales captan más la atención de tus alumnos y los mantienen enfocados en su trabajo. Esto es de gran ayuda para asegurar que realicen los ejercicios correctamente y de manera segura.
Los verbos de acción son muy útiles a la hora de componer nuestras indicaciones porque inspiran movimiento y empujan a actuar.
Pero hay que tener en cuenta que algunos tienen más fuerza que otros.
Apretar, pegar, meter, contraer … son indicaciones que llevarán inconscientemente a tus alumnos a realizar esa acción y por tanto a generar tensión durante los movimientos. La clave está en conjugarlos correctamente para que jueguen a favor de tus objetivos. 👇
- No es lo mismo «aprieta el culete» que «mantén los glúteos activos»
- No es lo mismo «pega el ombligo a la columna» que «ahueca el abdomen»
- No es lo mismo «mete barbilla» que «alarga cuello por detrás»
¿Ves a lo que me refiero?
Uno de los errores más comunes es usar indicaciones que transmiten tensión, como «apretar» o «meter». Estas palabras pueden llevar a tus alumnos a generar una tensión innecesaria en sus movimientos. En lugar de «aprieta el culete», podrías decir «mantén los glúteos activos». En lugar de «pega el ombligo a la columna», usa «ahueca el abdomen». Y en lugar de «mete barbilla», opta por «alarga el cuello por detrás».
Cuando comencé a enseñar Pilates hace 16 años. no pensaba que el vocabulario sería uno de los mayores desafíos con los que me iba a encontrar.
Sin embargo en el día a día te vas dando cuenta que necesitas comunicarte con tus alumnos y que además necesitas que te entiendan. Y para que eso suceda debemos ser claros, precisos y, sobre todo, comprensibles para todos.
De lo contrario corremos el riesgo de crear un terreno propicio para malinterpretaciones y ejecuciones incorrectas de los ejercicios, que puede resultar un riesgo de lesiones.
Tal vez a estas alturas del post, te hayas dando cuenta de que utilizas este tipo de indicaciones en tus clases de Pilates y te preguntes que puedes hacer para evitarlo, porque esa era mi intención y espero haberlo conseguido 🤩
A mi, hay tres cosas que me han funcionado muy bien para cambiar mi forma de expresarme y son muy sencillas y fáciles de implementar. 👇
- Escuchar mis instrucciones: Si algo suena confuso cuando lo dices en voz alta, es probable que también lo sea para quien lo oye. Lee, investiga y aprende nuevas formas de expresar las mismas ideas. Así podrás ajustar y perfeccionar tus indicaciones.
- Observar: Observar cómo reaccionan tus alumnos a tus indicaciones te dará una idea de lo que funciona y lo que no, y te ayudará a mejorar continuamente.
- Preguntar: Haz preguntas que involucren a tus alumnos en su propio movimiento. Al hacer preguntas abiertas sobre sus sensaciones, como «¿Qué sientes…?» los animas a reflexionar y tomar un papel activo en su práctica de Pilates.
En conclusión:
La elección de palabras en tus clases de Pilates puede marcar una gran diferencia en la efectividad de tu enseñanza y en la experiencia de tus alumnos.
Usa verbos de acción que estimulen el movimiento y evita palabras que generen tensión como «apretar» o «contraer».
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