En todas las clases que se imparten en nuestro centro se nombra constantemente la pelvis, las crestas ilíacas, el pubis, los isquiones… como referencias anatómicas para ayudar a nuestros alumnos en su correcta colocación y estabilización durante la práctica, sobre todo en Pilates, donde se presta una especial atención al trabajo de estabilidad lumbopélvica al tratarse de una de las esencias del método.
Uno de los aspectos en los que Joseph Pilates insistió muchísimo, es que una columna mal alineada a menudo se atribuye a la posición de la pelvis y de los músculos que la rodean.
¿Sabes realmente como es la estructura de tu pelvis?
No quiero aburrirte con un montón de conceptos anatómicos, puedes encontrar cientos en internet o en cualquier libro de anatomía, pero si me parece interesante presentarte la cintura pélvica realizando un recorrido por su estructura y funcionamiento sin extenderme demasiado ni perderme en tecnicismos.
Lo que pretendo es que seas capaz de visualizar tu pelvis de manera clara y sencilla con el convencimiento de que tener una percepción más profunda de esta parte de tu cuerpo, puede ser una magnifica herramienta para la comprensión de su movimiento.
La cintura pélvica está formada por un par de huesos coxales grandes de forma irregular, unidos entre sí anteriormente. Cada coxal, esta formado por la fusión de tres huesos, ilion, isquion y pubis. Ambos huesos coxales se funden con el hueso sacro posteriormente, que está formado por la fusión de 5 vértebras, y el coxis formado por la unión de entre 3 y 5 vértebras. Toda la estructura formada entre estos tres huesos, se conoce como la pelvis ósea o simplemente pelvis.
En la zona de unión entre el ilion, el isquion y el pubis existe una cuenca hemisférica profunda en la superficie lateral de la pelvis denominada acetábulo, y en él se introduce la cabeza del fémur para formar la articulación de la cadera.
En la región superior del hueso coxal se encuentra el ilio, un hueso grande con un cuerpo y una aleta superior llamada ala, cuyo borde superior se conoce como cresta ilíaca. Si bajas las manos desde tu cintura puedes palparla.
A lo largo de ella, en la parte superior, encontramos una espina roma en el borde anterior llamada espina ilíaca anterosuperior (EIAS) y una espina aguda en el borde posterior, llamada espina ilíaca posterosuperior (EIPS). Ambas sirven como puntos de anclaje de varios músculos del tronco, cadera y muslo.
El isquion, localizado en la parte inferior de la pelvis, tiene un robusto cuerpo superior que se funde con el ilio y una rama más delgada en la parte inferior que articula anteriormente con el pubis.
Estos cuerpos se unen en la linea media de la pelvis formando la sínfisis púbica, un disco de cartílago.
Los isquones tienen una forma parecida a las patas de un balancín y si palpas la parte inferior de tus nalgas podrás tocarlos. También puedes localizar la sínfisis púbica si te pones de pie y de perfil delante de un espejo. Es la porción más adelantada que observaras en la parte inferior de la pelvis.
Ahora veamos cuál es su función
La cintura pélvica forma la base del tronco y está dividida en dos regiones. La pelvis mayor o pelvis falsa, que corresponde a la parte superior o más ancha donde se encuentran los órganos abdominales. Y la pelvis menor o pelvis verdadera, que corresponde a la parte inferior más estrecha donde se encuentran, la vejiga los órganos genitales y la ultima porción del intestino o recto.
La función principal de la cintura pélvica es unir las extremidades inferiores al tronco y transmitir el peso de la parte superior del cuerpo a esas extremidades. Asimismo sirve de soporte a los órganos viscerales y a los tendones, músculos, y fascias, que constituyen el diafragma pélvico o suelo pélvico, cuyos músculos juegan un papel muy importante en la estabilización de la pelvis.
Toda la estructura se asegura al esqueleto axial a través de ligamentos muy potentes, que sirven de refuerzo y aseguran la estabilización de las articulaciones pélvicas. De ahí, la gran importancia que tiene la pelvis en el equilibrio de la columna vertebral y la necesidad de mantener una correcta alineación y estabilización de nuestro segmento somático central, ya que cualquier disfunción en la pelvis repercutirá inevitablemente en nuestra columna.
Aprender a reconocer y mantener la estabilización lumbopélvica permite una acción motriz fluida y nos habilita a realizar tareas con el mínimo esfuerzo y eficiente uso de la energía.
2 comentarios
Gracias al pilate qué has impartido, he mejorado en mi movilidad y hernias discales. Gracias Marisa y adelante. Estoy encantada con tus clases.
Es siempre un placer Carmen y con alumnas tan entregadas como tu más. Gracias a ti por la confianza de todos estos años.