Desde que el método Pilates saliera de los estudios de New York y comenzara a expandirse por el resto del mundo, han ido surgiendo distintas visiones y formas de practicarlo que se alejan totalmente de su esencia y filosofía tradicional de trabajo. 

En el post de hoy te cuento con que versiones de Pilates te puedes encontrar, y porque yo defiendo, después de 20 años de práctica y estudio, el método clásico de Pilates.

Por un lado están las clases masificadas de los gimnasios, centros culturales y asociaciones de vecinos, con un enfoque meramente “fitness” donde no se practica el método Pilates, sino una repetición indiscriminada de ejercicios y rutinas prediseñadas sin valoración previa, sin criterio y de forma descontrolada, que por mucha etiqueta que le pongan queda muy lejos de ser Pilates.

Luego están las que han creado protocolos únicamente vinculados a la rehabilitación -conocido como «Pilates terapéutico»- que utilizan algunos ejercicios y aparatos de Pilates, pero cambiando el repertorio y olvidando los ejercicios y en esencia la filosofía de trabajo del método original.

Como remate, existen las escuelas que argumentan que han actualizado y mejorado el método Pilates, porque, según ellos, se ha quedado obsoleto. Sin embargo utilizan el nombre del método como reclamo de marketing, para lanzar al mercado infinidad de estilos y mezclas que poco tienen que ver con su origen.

La gran pregunta es ¿por qué siguen llamando Pilates a lo que ni siquiera el mismo reconocería como su método, tal como se practica y enseña hoy?

Después de 15 años aprendiendo y enseñando Pilates clásico y casi 20 años practicándolo, te aseguro que se puede permanecer fiel a la esencia del trabajo de Joseph Pilates, dejando espacio a su proceso evolutivo.

De hecho cuanto más profundizas en el método tradicional, más lo comprendes y cuanto más lo comprendes, más cuenta te das de que no hay que añadirle ni suprimirle nada. Cada detalle es necesario, porque ocupa su sitio en el conjunto. Tanto si eres aficionado, profesor o entrenador de profesores, te invito a que también lo hagas y lo compruebes por ti mismo.

La actualización científica de los principios biomecánicos, puede coexistir con el método original. Es más, me atrevo a decir -porque así lo he constatado en mis años de experiencia- que confirma la eficacia de los principios tradicionales de Joseph Pilates y su técnica. 

Entonces, yo me pregunto… ¿Por qué «reinventar la rueda» si el método original es un sistema coherente, con infinitas e innumerables modificaciones para adaptarlo a cualquier necesidad?

Como instructores o formadores, no podemos olvidar que el método Pilates, perduró en su forma original durante toda la vida de su creador. Su mujer Clara y Romana Kryzanowska, entre otros discípulos directos de Joseph Pilates, continuaron su labor aplicando «su método original», producto de toda una vida de investigación y observación del funcionamiento natural del cuerpo humano, ayudando a miles de personas y constatando así sus resultados.

Creo firmemente que si la obra de Joseph Pilates, ha perdurado de una manera revolucionaria hasta hoy es porque funciona en su forma original.

Al fin y al cabo, el ser humano como cuerpo físico no ha cambiado, sigue caminando, trabajando y moviéndose, con las mismas articulaciones y músculos desde hace miles de años y el método creado por J. H. Pilates se basa en ese movimiento natural del ser humano. Por eso los cientos de ejercicios diseñados por este genio siguen hoy día ayudando a mejorar a miles de personas con el método tal como él lo creó. 

Pero como toda ciencia y todo arte, para comprenderlo se necesita mucha dosis de humildad, estudio continuado y mucha práctica con sentido común. Y como todo método, técnica o ciencia, posee sus propias bases, fundamentos, principios, conceptos y estructura que deberíamos respetar para utilizarlo bajo la etiqueta de «método».

Si tecleas en google la palabra «MÉTODO» encuentras significados como este:

«Modo, manera o forma de realizar algo de forma sistemática, organizada y/o estructurada».

O este otro:

«Obra que enseña los elementos de una ciencia o arte».

Por lo tanto para contar con el adjetivo de «método», una clase o formación de Pilates debería adoptar el enfoque, tanto como su estructura y repertorio de ejercicios inventados y practicados por su creador; y estas variaciones y mutaciones de su trabajo original que saturan el mercado actual no lo hacen.

Cualquier modificación -que las hay a montones y no exagero- mezcla, variación y alteración de los ejercicios y lo que es más importante, de su estructura y técnica, se trata simplemente de otra cosa y no del método Pilates.

Que yo no digo que este mal o bien, ni que sea mejor o peor que el método original, solo digo que NO ES PILATES. Si cambias la técnica, ¿porque no cambiar también el nombre? Así las personas que quieren practicar, conocer o formarse en el método original, pueden estar seguros de que lo hacen. A mi me parece justo. Si no es Pilates, digámoslo.

Por qué yo eligo el método Pilates original… y tu también deberías

El método original de Joseph Pilates, es un sistema de acondicionamiento físico, preciso y enérgico que reta a la mente y al cuerpo de nuevas y creativas maneras constantemente.

Esta basado en una secuencia ordenada e inteligente de ejercicios, cada uno resonando con los otros y ninguno trabajando en contra del otro, caracterizada por una fluidez de movimiento, calidad técnica, ritmo y dinámica que hacen del método, un sistema único e indivisible, con una identidad propia.

En el método tradicional, la progresión de los ejercicios, forma una secuencia que debe edificarse sobre la posición y objetivo del ejercicio anterior o serie de ejercicios anteriores, creando así patrones de movimiento estables, con precisión y fluidez.

Dentro del sistema diseñado por Joseph Pilates, hay una extensa gama de modificaciones, diseñadas para atender a las diferentes y variadas necesidades físicas individuales. No hay, por tanto, necesidad de incluir al azar cambios, variaciones, simplificaciones o aspectos de otras disciplinas de movimiento.

A lo largo de mis 15 años de profesión, he visto clases de Pilates carentes de esa estructura, con un enfoque meramente “fitness” o excesivamente «terapéutico» donde no se practica el método Pilates, sino una repetición aleatoria de ejercicios y rutinas sin ningún criterio ni objetivo.

Y eso para mí, queda muy lejos de ser el método Pilates por mucha etiqueta que se le ponga, porque carece de los elementos necesarios para ser el método que diseñó y defendió Joseph Pilates.

Tantos años de práctica y estudio dan para muchas horas de clases. Siempre me he esforzado por permanecer fiel a la esencia del trabajo de Joseph Pilates, sin olvidarme por ello, de su proceso evolutivo y nunca he sentido la necesidad de cambiar o inventarme nada, porque a mis alumnos les ha funcionado Pilates tal y como se diseñó, fuera cual fuese su necesidad física. Durante muchos años he constatado sus resultados. Por ese motivo elijo y defiendo el método tradicional.

Joseph Pilates, se marchó dejando un valioso legado para la humanidad, que desde hace más de 100 años, ha  revolucionado el estudio del cuerpo y su movimiento para la mejora de la salud y la calidad de vida, y a día de hoy continúa haciéndolo «El método Pilates» o Contrology como el mismo lo definió.   

Para honrar su trabajo debemos seguir aprendiendo, creciendo y evolucionando en el método tradicional. Como instructores es nuestro deber preservar el Método original de Pilates antes de que se diluya tanto, que se encuentre en peligro de desvanecerse por completo y para siempre.

¿Y si continuamos disfrutando el movimiento, mientras compartimos la responsabilidad de transmitir el auténtico método Pilates a las generaciones futuras?

¿Que opinas? Me encantaría saberlo 😀

Como decía Romana Kryzanowska, “Si usted es fiel a Pilates, Pilates le será fiel a usted”

Marisa Rodriguez

Directora y profesora de Pilates y SGA en enesencia


1 comentario

  1. […] pasión por la enseñanza y el deseo de contribuir a que la esencia de Pilates no desaparezca, es lo que me ha llevado a escribir mi segundo libro de pilates «Los 37 de Joseph Pilates»: Una […]

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