Todas las posturas de Pilates están diseñadas para ayudarte con el equilibrio, la postura y la fuerza, pero algunas de ellas además de estirar la columna, relajan y sientan muy bien. Aquí tienes un par de ejercicios que te ayudarán a relajarte, aliviar nervios, estrés, o recompensarte por un día difícil.
La plegaria
Desde la posición de cuadrupedia, junta los pies y siéntate sobre ellos, al tiempo que flexionas los codos para poder ir bajando hasta el suelo y que los antebrazos queden apoyados sobre él. Deberías parecer un musulmán en oración. Según el pensamiento purista de Pilates ahora es el momento de practicar la respiración torácico-lateral. Puedes probar también apoyando la cabeza en la colchoneta y llevando los brazos suavemente hacia atrás, apoyándolos a los lados en el suelo, con las palmas de las manos hacia arriba dejando caer los hombros.
Cat stretch
En la posición anterior (cuadrupedia) inspiramos para preparar y al exhalar basculamos el pubis al ombligo (imagina que escondieras un rabito entre las piernas), tiramos de las escápulas al techo empujando con los brazos en el suelo y finalmente llevamos la barbilla al pecho. Inspiramos manteniendo la postura de «gato enfadado» y al exhalar volvemos a alargar la columna vertebra a vertebra a su posición neutral, alargando sacro, lumbar, dorsal y cervical. Repite el ejercicio 5 o 6 veces.
Observa un gato como perezosamente abre los ojos, lentamente mira a su alrededor gradualmente se prepara para levantarse después de una siesta. Primero se eleva gradualmente sobre sus cuartos traseros y después gradualmente se agacha otra vez, al tiempo que se tumba en suelo, estirando sin prisa las patas delanteras y traseras.
Joseph H. Pilates