Cuando Joseph Pilates diseñó su método hace casi 90 años, lo llamo «Contrology» (Arte del Control). Lo que pretendía era crear un sistema de acondicionamiento físico, que ayudara a mantener un control de la mente sobre los movimientos que realizamos. Una auténtica conexión mente-cuerpo con la que conseguir que cada movimiento sea preciso. Mover hasta donde podemos mantener el control de la posición sin que se produzcan compensaciones por la tensión de los músculos, sin movimientos bruscos o irregulares, que constituyen la razón principal de las lesiones. 

En 1945 JH Pilates escribió su segundo libro, Regreso a la vida a través de la contrología (Return to Life through Contrology). Un manual práctico con 34 ejercicios básicos de suelo que diseñó en torno  a la idea del control muscular y que son la esencia del método. En Pilates los movimientos no son bruscos, sino lentos y controlados, percibiendo claramente cómo nos estamos moviendo «sintiendo cada movimiento». Los ejercicios deben efectuarse de forma lenta, coordinada y controlada. Con precisión y fluidez. Ninguno de los ejercicios se hace con la sola finalidad de empezarlo, desarrollarlo y terminarlo sin más, sino que cada movimiento tiene una función específica, un propósito, una razón de ser, y por ello el control es esencial para conseguir la calidad del movimiento. En Pilates debes moverte con la soltura y gracilidad de un bailarín, sin brusquedad, sin tensar los músculos.

Puesto que son varias las partes del cuerpo que participan simultaneamente en un movimiento consciente, y aunque los movimientos requieren fuerza y concentración, debe existir siempre un flujo y ritmo naturales que permitan relajar los músculos sin interrumpir su tarea. Esta relajación tiene que empezar en la mente y circular por todos los músculos del cuerpo y éste es uno de los principios fundamentales de Pilates y lo que hace diferente este método.

Puede que al principio, te sientas incapaz de conseguir ese control sobre tus movimientos. Uno de los conceptos más difíciles del trabajo de colchoneta para la mayoría de la gente es el poner en acción los músculos sin tensarlos, por el contrario, están acostumbrados a contraerlos, a aguantar la respiración y a concentrarse en el punto de tensión para conseguir el movimiento. Con el tiempo y una vez comprendida la esencia del método, serás capaz de realizar los ejercicios con total control, agilidad, fluidez y precisión.

De ahí la importancia de que el aprendizaje del método Pilates se realice progresivamente (existen tres niveles de dificultad), comenzando por la base fundamental que son los principios básicos sin los cuales no conseguiremos nunca «hacer  Pilates», y entre los cuales está uno de los más importantes el control. Es imprescindible que el alumno trabaje en un nivel adecuado a sus posibilidades, empezando gradualmente a dominar, primero los elementos esenciales, para que cada movimiento cumpla su función.

Una buena postura solo puede adquirirse cuando todo el mecanismo corporal está bajo control. ¡Ten paciencia y disfruta del proceso!

  «Lo ideal es que los músculos obedezcan a la voluntad. Lo razonable es que la voluntad no esté dominada por los actos reflejos de nuestros músculos.

Joseph H Pilates»

1 comentario

  1. avatar

    Gracias Marisa, muy importante conocer la esencia de este método para practicarlo de forma más consciente.

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