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Efectividad en Pilates: Cómo abordar las patologías lumbares en clase.

Aún puedo sentir las mariposas revoloteando en mi estómago, cuando recuerdo mi primer día como instructora de Pilates. Aquel día estuvo cargado de una intensa mezcla de emociones que parecían competir entre sí, ante la perspectiva de asumir la maravillosa y, a la vez, agobiante responsabilidad de guiar y transformar las vidas de tantas personas.

Laura entra en mi estudio recién estrenado, llevando consigo una historia de años de lucha contra un dolor crónico en la parte baja de su espalda. Ha recibido el diagnóstico de una hernia lumbar y, siguiendo la recomendación de su médico, ha decidido probar Pilates. Su cara reflejaba una mezcla de esperanza y ansiedad, que me hizó comprender que estaba a punto de convertirme en un apoyo fundamental en su camino hacia el alivio y la recuperación.

En ese momento, sentí que me enfrentaba a un enorme desafío. No contaba con la experiencia ni el conocimiento adecuado para abordar estas patologías, ni ninguna otra, de manera verdaderamente efectiva. Solo tenía algo de información dispersa y confusa.

Seguro que has estado en esta situación alguna vez, ¿verdad?

Igual que Laura, muchas otras personas llegaron a mí buscando soluciones para sus problemas lumbares. De cada cinco personas que cruzaban la puerta del estudio, tres lo hacían con la esperanza de aliviar alguna patología, y en su mayoría, estas se localizaban en la zona lumbar.

Entonces, me di cuenta que necesitaba una estructura clara con la que poder evaluar y reconocer las necesidades individuales de mis alumnos con patologías lumbares, y enfocar así las clases a objetivos específicos. Investigué y recopilé todo lo que pude sobre el tema hasta crear una hoja de ruta simple y práctica, que me dio la confianza que necesitaba para ayudar a mis alumnos.

Si te sientes así o has estado en una situación similar, este artículo es para ti.

Durante 15 años de profesión, he tenido la oportunidad de conocer a muchas personas como Laura, que llegaron a mí buscando ayuda con sus problemas lumbares.

Vamos a explorar juntos cómo diseñar una hoja de ruta sencilla y práctica para abordar las patologías lumbares en las clases de Pilates y cómo adquirir las habilidades necesarias para guiar a nuestros alumnos con confianza y seguridad.

Hoja de ruta para adaptar las clases en las patologías lumbares

Las patologías lumbares son afecciones de la zona baja de la espalda, debidas a alteraciones de las diferentes estructuras que forman la columna vertebral, como ligamentos, músculos, discos vertebrales y vértebras.

Se ha comprobado científicamente que en todos estos casos , el trabajo con ejercicios específicos como los del método Pilates, orientados a fortalecer la musculatura estabilizadora de la columna y realizados de forma periódica puede devolver la estabilidad a la columna eliminando el dolor, mejorando su funcionalidad y deteniendo el proceso degenerativo. Incluso con retroceso de algunos signos como reducción de la magnitud de las hernias y de las protusiones discales.

Una de las funciones más desafiantes y apasionantes de un instructor de pilates, es la adaptación de las clases a las necesidades de los alumnos. En este caso a alumnos con patologías lumbares. A continuación te cuento cómo abordar esta situación con confianza, mediante estrategias prácticas y modificaciones efectivas que ayudarán a aliviar el dolor, fortalecer los músculos y promover una postura saludable.

Realiza una evaluación inicial exhaustiva

Antes de comenzar las clases de Pilates, es importante realizar una evaluación inicial exhaustiva a tus alumnos con patologías lumbares. Esta evaluación te permitirá recopilar información importante sobre sus condiciones y/o limitaciones físicas, objetivos y cualquier otra consideración relevante.

  • Utiliza un cuestionario de evaluación que incluya preguntas sobre su historial médico, síntomas actuales, nivel de dolor y movilidad de la zona lumbar.
  • Realiza una evaluación física que abarque movimientos básicos, como flexión, extensión, rotación y lateralización, para identificar cualquier limitación o asimetría.
  • Averigua cuáles son sus costumbres, su trabajo, sus hobbies.
  • Mantén una comunicación abierta y empática con tus alumnos, alentándolos a compartir cualquier inquietud o cambio en su condición actual.

Escucha activamente las necesidades y preocupaciones de tus alumnos

Cada persona es única y aunque tus alumnos tengan las mismas patologías, pueden tener necesidades y preocupaciones únicas. Escucharlos activamente te ayudará a comprender sus metas, y cualquier temor o inseguridad que puedan tener en relación con los ejercicios de Pilates.

  • Dedica tiempo antes y después de cada clase para conversar con tus alumnos y puedan expresar sus inquietudes.
  • Fomenta un ambiente de confianza y seguridad, donde se sientan cómodos al compartir sus experiencias y limitaciones.
  • Ajusta tu plan de clases a sus necesidades, adaptando los ejercicios y la intensidad según corresponda.

Observa el movimiento y la postura de tus alumnos durante las clases

Observar a tus alumnos es fundamental para reconocer cualquier limitación o compensación relacionada con su patologías.

  • Presta atención a la alineación de la columna durante los ejercicios, buscando signos de hiperextensión o flexión excesiva.
  • Observa si muestran asimetrías en los movimientos, como una mayor dificultad para realizar ejercicios de rotación hacia un lado concreto.
  • Conduce y corrige a través de las indicaciones, para ayudarlos a mantener una alineación adecuada y evitar movimientos que puedan agravar sus patologías lumbares.

Adaptaciones y modificaciones de ejercicios


Cuando trabajas con alumnos que tienen patologías lumbares, es fundamental realizar adaptaciones y modificaciones en los ejercicios de Pilates para asegurar su seguridad y comodidad.

  • Para reducir la tensión en la columna lumbar, puedes realizar ejercicios en posición supina, evitando los que requieran una flexión o extensión máxima de la columna.
  • Incorpora accesorios como bandas elásticas o pelotas de Pilates para proporcionar soporte adicional y reducir la carga en la columna lumbar durante ciertos ejercicios.
  • Reduce el rango de movimiento en las rotaciones.
  • Acorta las palancas trabajando más en proximal.
  • Trabaja en cadena cinética cerrada (los dos pies apoyados) o semiabierta (un pie apoyado).
  • Utiliza almohadillas o bloques para ofrecer apoyo a la zona lumbar y mantener una posición neutral de la columna durante los ejercicios en posición sentada y en prono.
  • Modifica los rangos de movimiento en ejercicios como la flexión y extensión de las piernas, adaptándolos a las capacidades individuales de tus alumnos.
  • Asegúrate de que tus alumnos mantengan una alineación adecuada de la columna durante los ejercicios.
  • Fomenta la conciencia postural y la activación de los músculos estabilizadores del núcleo para mantener una buena postura y evitar movimientos que puedan aumentar la tensión en la zona lumbar.
  • Evita ejercicios que involucren flexión extrema de la columna lumbar, como el roll-up completo, ya que pueden poner tensión adicional en los discos intervertebrales.
  • En su lugar, opta por ejercicios que mantengan una posición neutra de la columna o que trabajen la flexión de forma más controlada y suave.
  • Evita ejercicios que generen impacto o vibración como saltos o sacudidas que pueden ejercer presión adicional en la columna lumbar.
  • Enfócate en movimientos suaves y controlados que minimicen la carga en la zona lumbar.

Progresión gradual

La progresión es fundamental con cualquier alumno, pero diseñar una progresión adecuada se hace imprescindible al trabajar con alumnos con patologías lumbares.

  • Comienza con ejercicios de bajo impacto, centrándote en la movilidad y estabilidad de la zona lumbar.
  • A medida que tus alumnos adquieran más fuerza y confianza, podrás introducir ejercicios más exigentes de manera progresiva.
  • Aumenta la complejidad de los ejercicios progresivamente, incorporando movimientos más dinámicos y desafiantes, cuando hayan conseguido el control suficiente.
  • Asegúrate de que tus alumnos estén preparados para cada nuevo nivel de dificultad y sigue adaptando los ejercicios según sus necesidades individuales.

Enseña a tus alumnos a escuchar su cuerpo
  • Tu objetivo debe ser que a través de los principios, tomen conciencia de su cuerpo, aprendiendo a diferenciar claramente, lo que les hace sentir bien o mal.
  • Mantenlos atentos a los cambios que se van produciendo en su postura, como se estiran tus músculos, o como se mueven sus articulaciones y su columna, respetando la regla de oro del método: «el no dolor».
  • Esto es esencial para que entiendan por qué una buena postura y un movimiento eficiente puede cambiar la vida.

Y por hoy, es todo querido profe de Pilates. Gracias por estar aquí.

Espero que esta hoja de ruta te resulte práctica y te ayude a abordar las patologías lumbares en tus clases. Haz clic en la imagen de abajo para descubrir mi guía gratuita, con ejemplos y ejercicios específicos para cada tipo de patología.

Si tienes alguna pregunta o necesitas más detalles, no dudes en hacérmelo saber.

Puedes dejarme un comentario, escribirme un mail a [email protected] o contactar por DM en mi instagram @marisarodriguez.pilates

Estaré encantada de recibirlo 😀

Marisa

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